Las enfermedades infecciosas del sistema nervioso son conocidas como neuroinfecciones, las cuales tenemos el riesgo de enfermarnos a cualquier edad. Sin embargo, debido a que los niños tienen su sistema inmunológico en desarrollo y más débil, son los más propensos a padecerlas.
En general, cualquier tipo de neuroinfección puede resultar muy peligrosa en niños o bebés, que de no ser atendida a tiempo y sin el tratamiento adecuado, puede derivar en consecuencias graves, tales como: retraso en el desarrollo mental y físico, demencia, ceguera y sordera, parálisis e incluso la muerte.
En consecuencia, ante síntomas como fiebre, hormigueos o parálisis temporales, bien sea en niños o adultos, se debe acudir a la clínica de inmediato, buscando preferiblemente profesionales especializados en neurología.
Las enfermedades causadas por una neuroinfección pueden ser agudas, subagudas y crónicas; siendo las más comunes:
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Básicamente, los signos que alertan sobre una neuroinfección varían según la gravedad y tipo de enfermedad. En general, pese a que son varios tipos de neuroinfecciones, casi todas las dolencias agudas de este tipo están clínicamente relacionadas con un edema cerebral, además de otras manifestaciones comunes de la infección, tales como:
Por otro lado, en los casos de infección cerebral crónica, esta pocas veces es acompañada de fiebre por encima de 37,2 C, no se registran dolores de cabeza, náuseas frecuentes, trastornos de sensibilidad, somnolencia y letargo, taquicardia con PA reducida, disminución del trabajo y de la actividad social.
De igual manera, se pueden presentar las llamadas cáscaras cerebrales marcadas (imposibilidad de inclinar la cabeza hacia delante por rigidez de los músculos occipitales); o el síntoma de Kernig (si al doblar la pierna de un paciente en un ângulo directo en el anca y en la rodilla, no podrá enderezarla).
Por último, durante una neuroinfección, los síntomas de intoxicación general se manifiestan en hipertermia aguda (aumento crítico de la temperatura corporal), debilidad general y una disminución significativa de la capacidad de trabajo. Como hemos dicho, en todos los casos deben considerarse como enfermedades peligrosas y de consecuencias graves.
Finalmente, debemos destacar que las enfermedades infecciosas del sistema nervioso no desaparecen sin complicaciones para la salud del paciente; de allí la importancia de la detección y diagnóstico oportuno; así como la administración del tratamiento a tiempo, para evitar las consecuencias severas de las neuroinfecciones.
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